El material contenido en el Anuario tiene una evidente utilidad para el presente al permitirnos conocer los problemas e inquietudes que tenían los arquitectos en ese momento. Nos proporciona, además, los materiales documentales para escribir o reescribir la historia de la arquitectura y del urbanismo en México, igual que le facilita a los profesores y alumnos el material indispensable para apoyar las asignaturas de Urbanismo, Planeación y de Teoría de la Arquitectura, en la medida que los ensayos alusivos sostienen una idea de arquitectura y una forma de entenderla y valorarla.

La revista Arquitectura y lo Demás comprende 14 números publicados entre 1945 y 1950. Aunque señalaban en el título a “lo demás” como el contexto en el que se desarrolla el fenómeno arquitectónico, la publicación estaba dirigida y pensada para el gremio de arquitectos. La revista tenía formato vertical tamaño carta unidas con lomo las cerca de cien páginas que comprendía cada número, contadas las páginas de anuncios. Su costo era relativamente alto, $3.00 por ejemplar, si lo comparamos con el que tenía la revista Construcción que se vendía a $1.50, aunque era más bajo que los ejemplares de la revista Arquitectura México que se vendían a $4.00. La impresión de los primeros 11 números se realizó en la Editora Colonial y los siguientes en la Editorial "Arquitectura y lo demás" de la propia revista.

El Arquitecto nació como boletín mensual de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos a una propuesta del arquitecto Alfonso Pallares presentada a la Directiva de la SAM, entre julio y agosto de 1923, la cual lo designó encargado de la redacción. Se compone de 17 números publicados entre 1923 y 1927 y está dividido en dos series: la primera consta de 5 números, (éste último nombrado 5, 6 y 7) y la segunda serie, ahora como revista bimensual, es de 12 números, designados con números romanos con uno doble, el X-XI, por lo que el último tiene el número XIII.í para modificar.
La edición digital de El Arquitecto constituye un logro y una confirmación de la importancia de estos rescates no sólo porque nos proporciona información de un período poco documentado, sino porque la revista estaba en plena etapa de desaparición por no encontrarse la colección completa en la Hemeroteca Nacional ni en ninguna biblioteca especializada. Esta circunstancia la hace prácticamente desconocida, lo mismo que su contenido, perdiéndose de esa manera parte de nuestra memoria arquitectónica y con ello las aportaciones de los arquitectos mexicanos al acervo mundial de conocimientos sobre arquitectura.

El Autogobierno nació en 1972 como parte de un movimiento impulsado por estudiantes y profesores que pretendía, legítimamente, participar en las decisiones que de una u otra forma les afectaban. En otras palabras, pretendían la democratización en la escuela argumentando que se había perdido debido a la actitud de algunos de los viejos profesores y de las autoridades. Tomó, así, un cariz generacional acorde con la influencia que aún pervivía del movimiento estudiantil de 1968 que había abarcado varios países. De ahí el nombre que adoptaron como Autogobierno. 

Traza es el resultado de un interesante proyecto editorial realizado entre 1983 y 1986 por un pequeño grupo de arquitectos, integrado por Carmen Bermúdez, Isaac Broid, Humberto Ricalde y Pedro C. Sonderéguer, el cual formaría una asociación civil para editarla, tal como lo indican a partir del cuarto número donde dicen: "Traza es una publicación bimestral de Investigación, Difusión y Estudios de Arquitectura. A.C.", cambiando incluso de domicilio legal.
Traza fue una publicación que retomó un camino recorrido anteriormente por el suplemento “Urbe”, publicado en el periódico Excélsior entre 1957 y 1969, para la difusión de la cultura arquitectónica: esto es, editarse y distribuirse a través de un diario de circulación nacional, el periódico Uno más uno, en forma de separata de 8 páginas con su propia numeración y adoptando el formato del periódico en tamaño tabloide (31.5 X 45.0 cm.) y el papel propio de ese medio de difusión. Por ello es que en ocasiones le llamamos “revista”, aunque no es esa su real definición.

La Revista Arquitectura México, editada originalmente por el arquitecto Mario Pani Darqui, con 119 números publicados entre 1938 y 1978 es, seguramente, una de las más importantes revistas especializadas en este campo editadas en México, y ello debido tanto a su calidad como a la cantidad de números publicados y a su duración temporal. En los cuarenta años de su publicación quedó registrada la labor de un grupo de arquitectos, integrando, por ello, un documento invaluable para reconstruir la historia de nuestra arquitectura así como para proporcionar los materiales documentales necesarios para rescatar esa experiencia histórica con que se pueda apoyar los esfuerzos actuales para comprender de mejor manera el fenómeno arquitectónico y la función social del arquitecto.

La Revista Planificación, editada entre 1927 y 1936 por el arquitecto Carlos Contreras y en su etapa final por el ingeniero topógrafo Enrique E. Schultz, es la primera revista especializada en este campo editada en México. Su valor radica en informarnos en sus 30 números, divididos en tres etapas o tomos, de los primeros esfuerzos realizados en el país para intentar racionalizar el crecimiento y desarrollo de las ciudades y regiones.
Integra, por ello, un documento invaluable para reconstruir la historia de nuestras ciudades y por proporcionar los materiales documentales necesarios para rescatar esa experiencia histórica que servirá para apoyar los esfuerzos actuales por comprender de mejor manera el fenómeno urbano.    

Sin temor a equivocaciones, podemos afirmar que la revista Diseño UAM,  editada por los Departamentos de Ciencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana en sus sedes Azcapotzalco y Xochimilco entre los años de 1983 a 1991, es una de las fuentes más sólidas para comprender e interpretar el devenir del diseño en México y de la apertura de una disciplina que hoy es imprescindible para el progreso nacional.
Diseño UAM  representa, de manera oportuna y contundente, el inicio sistemático por construir los cimientos de la enseñanza del diseño moderno mexicano. Oportuna, porque en esos años los arquitectos han iniciado una intensa discusión y búsqueda de soluciones a los problemas nacionales y entre ellos, los de los asentamientos humanos; y contundente porque plantea las bases para reorganizar las distintas regiones del país y ofrecer, a los profesionales de los espacios habitables, un nuevo campo de trabajo que hasta esos momentos nadie había planteado con tanta seriedad. Lo mismo podría decirse respecto a las nuevas orientaciones de los diseños para hacer de ellos una disciplina que, partiendo de bases comunes, se planteara una finalidad compartida: el bienestar del usuario.

La recuperación de la revista El Arte y la Ciencia, con 145 números editados desde enero de 1899 a junio de 1911 por el arquitecto Nicolás Mariscal, constituye un trabajo que era ineludible realizar dada la dispersión de la colección en varias bibliotecas públicas y privadas. Esta recuperación demuestra, por otro lado, el verdadero valor del programa de rescates digitalizados de revistas de arquitectura que auspicia la Facultad de Arquitectura de la UNAM. 

Desde los primeros números de esta revista (1960) fue recibida con entusiasmo por el gremio debido principalmente a su orientación crítica, evidenciada no solamente en los artículos que publicaba sino también en su propósito de bajar el precio o por tratar de hacerla accesible a otro tipo de lectores a través de la venta de la revista en los puestos de periódicos. A ello debemos sumar la conjunción de colaboradores de alto nivel que iniciaron desde los primeros números con amplios estudios generales sobre las condiciones generales en que se encontraban en México los diferentes géneros arquitectónicos.    

Arquitectura y Decoración (AD) es una revista que se editó en México entre agosto de 1937 a octubre de 1943. Está conformada, muy probablemente, por 22 ejemplares. Nació como órgano de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, sucesora de El Arquitecto, pero al cabo de diez meses adquirió su independencia de esta Sociedad. En julio de 1938 se presentó como revista de arte con un equipo de nueve colaboradores que conservó y fue ampliando hasta quince.
Se pensó que su publicación fuera mensual. Sin embargo, pronto comenzaron a mostrarse irregularidades en su publicación, siendo manifiestas a partir del número 12, en octubre de 1938, que se convirtió en bimestral, trimestral, sexenal, hasta llegar a ser anual en sus últimos números.

La revista ESPACIOS es una joya editorial cuyos orígenes se remontan al periodo que va desde 1948 hasta 1957, producto del trabajo de los arquitectos Guillermo Rossell de la Lama y Lorenzo Carrasco Ortiz. Su composición editorial, su contenido y enfoque, la hacen merecer ese calificativo. 
Esta revista dirigida a los arquitectos, significó la posibilidad de ampliar sus conocimientos hacia otros campos de la cultura; de ahí su subtítulo como “revista integral de arquitectura y artes plásticas”. La intención que la motivó fue ofrecer a los arquitectos una amplia preparación cultural con enfoque nacionalista y así proporcionarles un camino para conocer el país y estar capacitados para afrontar la solución de los problemas de aquel tiempo de manera integral.

La revista consta de 33 números. Fue editada entre 1956 y 1969 por los arquitectos Jorge Gleason Pearce y Manuel González Rul, ambos siendo profesores de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Arquitectos de México nació al convertir la revista Arquitecto, que se editaba en la facultad y de la cual Gleason Pearce llegó a ser su editor, en otra con carácter profesional.
Su intención quedó claramente marcada en el título: publicar las obras de los arquitectos mexicanos, presentando un buen número de obras de arquitectos ahora poco conocidos junto con los que ya desde entonces descollaban. Es relevante la gran cantidad de obra publicada de variados géneros arquitectónicos, aunque sobresalen las obras relativas al género de la vivienda.

Los Cuadernos de Arquitectura, contribuyeron exitosamente a difundir una cultura arquitectónica nacional e internacional en nuestro país. Son reconocidos como uno de los proyectos editoriales más importantes de su época, así como una de las aportaciones destacadas de Ruth Rivera Marín como jefa del Departamento de Arquitectura.
En 1961, cuando Ruth Rivera Marín inició la serie Cuadernos de Arquitectura, fueron publicados como suplemento de la revista Cuadernos de Bellas Artes, editados por el Instituto Nacional de Bellas Artes y distribuidos en embajadas y consulados a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la Secretaría de Educación Pública.    

Cemento nació como un folleto de 16 páginas, incluyendo a la cubierta, con un tiraje de 8,000 ejemplares para ser repartidos en forma gratuita a los constructores. La publicación fue promovida por el “Comité para la propagación del uso del cemento Portland”, misma que estaba conformada por 4 de los 5 fabricantes de cemento en México.
La revista Cemento, con 32 números publicados entre 1925 y 1929, bajo la dirección de Federico Sánchez Fogarty en su primera etapa y por Raúl Arredondo en la etapa final, fue una publicación no especializada en arquitectura cuyo objetivo era la propagación del uso del cemento Portland.